EL DÍA QUE SUDAMÉRICA COMPRENDIÓ QUE EL FÚTBOL HABÍA CAMBIADO. Brasil 1-7 Alemania. #Brasil2014

Los tiempos del fútbol romántico han pasado. No porque la idea del fútbol ofensivo haya dejado de ser válida o porque la historia de este deporte esté pasada de moda. Simplemente porque la modernidad globalizada es un fenómeno que ya ha alcanzado al fútbol profesional y aunque la cultura de este deporte se resiste a cambiar, es un hecho que los equipos que no incorporan innovaciones en sus formas de trabajo quedan en desventaja respecto de los que se encuentran en la vanguardia del fútbol profesional.


Alemania ha goleado a Brasil por 7 a 1 en Belo Horizonte por la semifinal 1 del Mundial Brasil 2014. En la misma casa del país más exitoso (pentacampeones) en Campeonatos mundiales, tuvo lugar uno de los resultados más insospechados de la historia del fútbol. 

El discurso de Scolari

 "Con México y Chile empatamos, con Colombia, uno de los grandes del Mundial, ganamos. No estamos atrasados tácticamente. Lo de hoy ha sido muy distinto a eso. Hasta el primer gol el partido era igual para los dos equipos. Estábamos mejor que ellos. Pero nos hacen el gol desde un córner y luego vienen cuatro goles en seis minutos. Intentás arriesgar, la defensa se queda sola ante un equipo que sabe jugar. Creamos alguna oportunidad, pero no estamos atrasados tácticamente. Ni los alemanes creían el resultado que han logrado. Tuvieron cinco y metieron las cinco".


El discurso de Felipao dice mucho y poco a la vez. Los clásicos eufemismos de un DT que es derrotado sin espacio para los típicos resquicios contra los árbitros o la mala suerte de unos cuantos centímetros, es lo que se puede desprender de las palabras de un estratega que no hace más que describir lo evidente.
Sin embargo, de las causas o motivos que expliquen el porqué de esta verdadera catástrofe para el fútbol brasilero en su Mundial, no encontraremos mucho, ya que probablemente tampoco lo sepa. Aunque, cuando dice que su equipo no está atrasado tácticamente, asoma una grieta que no solo resultó evidente en este partido sino que es posible visualizar una tendencia que ya tenía antecedentes en mundiales solo mirando los resultados de la misma Alemania.

Resultado con rastros teutones

Al 7-1 sobre Brasil en 2014 podemos agregar el 4-0 de Alemania sobre Argentina en Sudáfrica 2010 como goleadas imponentes sobre 2 potencias del fútbol mundial, en partidos de máxima importancia. Incluso buscando un poco más atrás podemos decir que en 2006 eliminar a Argentina por penales y el vicecampeonato del 2002 en Korea-Japón son resultados que estuvieron por sobre el potencial que Alemania tenía en esos mundiales. Con un equipo técnicamente inferior a Argentina, los alemanes se las ingeniaron para eliminar a los albicelestes que tenían una plantilla claramente superior, pero que terminó con las inexplicables marginaciones de Riquelme y Messi (sus máximas figuras) fuera de la cancha en los momentos decisivos del partido.


Es por aquí donde intentaremos encontrar antecedentes para una tendencia donde parece ser evidente que Sudamérica se ha quedado un paso por detrás de los europeos y que solo a costa del talento y calidad, innegables de sus jugadores, ha podido ocultar por más de una década, con la excepción de la Copa Confederaciones 2013 (título de Brasil sobre España), que determinó el reflote de Brasil en el escenario internacional después de los opacos años que vivió el fútbol carioca luego del título conseguido en la Copa América Venezuela 2007, cuando el equipo nacional pareció perder la identidad que siempre ha caracterizado al fútbol brasilero con una combinación de resultados y fútbol espectáculo (jogo bonito).

Sesgo táctico?

No pretendemos decir que en Sudamérica no se sepa de tácticas modernas o que exista una diferencia física evidente por el lado de los jugadores. Pero al revisar cómo Brasil arrancó el mundial, con exactamente el mismo equipo que le dio el título en la Copa Confederaciones, 12 meses atrás, junto a otros factores que tocaremos a continuación, es posible hablar de un estanco táctico, que resulta evidente al considerar el pobre rendimiento de jugadores como Fred o Paulinho, que un año después de la Copa Confederaciones, sin estar en buena forma futbolística, fueron considerados como titulares por Scolari para el Mundial.


Otros elementos como la planificación logística, física y psicológica, con el tiempo han ido cobrando mayor peso sobre los resultados en grandes campeonatos. 

Por ejemplo, al analizar la lista de jugadores ausentes en las plantillas de las selecciones nacionales para las copas del mundo, dimensión que siempre tiene un poco de morbo por los gustos populares versus los gustos técnicos del los entrenadores, podríamos aventurar una tesis; aseverando que los equipos sudamericanos tienden a postergar una cantidad significativamente mayor de estrellas respecto a los grandes equipos europeos.
Los principales motivos de estas ausencias pasan desde el gusto de los entrenadores, la mala influencia que ciertos jugadores podrían ejercer sobre el grupo o motivos más folclóricos como no ser amigo de los principales referentes de una selección nacional, que en la teoría debería convocar por mérito a los mejores jugadores de cada país.

¿Cómo podríamos explicar desde el rendimiento? que Argentina, en diferentes mundiales, haya prescindido de Javier Zanetti (2006 y 2010), Tévez (2014), Pastore (2014) por nombrar algunos, o que Brasil jugase el 2014 sin un 9 de jerarquía (Fred y Jo la variantes en desmedro de Diego Costa que terminó jugando para España) y que 2 jugadores del excepcional Atlético Madrid 2013-14 (Filipe Luis y Diego) no hayan entrado en los planes de Scolari. 

Buscando ampliar la tesis a otros países sudamericanos, podemos mencionar a Chile, otro país que en los últimos años se ha caracterizado por tener jugadores de calidad fuera de sus convocatorias, entre aspectos disciplinarios (Perú es otro caso emblemático de esto) y otros motivos. La ausencia de jugadores de indiscutida calidad como David Pizarro y Humberto Suazo son factores que le restan potencial a los equipos nacionales, en tiempos donde cada pequeño detalle puede significar una ventaja en el competitivo fútbol  contemporáneo.

Desde el punto de vista logístico y de las planificaciones de largo plazo, Alemania marca una pauta de vanguardia que le ha permitido marcar un récord mundial impresionante; al terminar entre los 3 mejores equipos del mundo en 4 mundiales consecutivos (2002, 2006, 2010 y 2014). Una marca que refleja el trabajo serio y metódico de los teutones, que al no encontrar un lugar en Brasil que cumpliera con sus expectativas operacionales, decidieron construir un centro de concentración (campo Bahía), que entre otros factores, los tiene a un paso de conseguir su 4a Copa del Mundo, con el inolvidable recuerdo de haber goleado a Brasil por 7 goles a 1 en la tierra de la zamba.








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